La vida péndula entre llanto y sonrisa, entre cada pendular existo
y doy color a la inerte realidad que me ahoga,
eso que me recuerda que estoy vivo y cuelgo de un hilo,
que el caos existe y que en cualquier instante ese movimiento armónico puede ser corregido;
es cuestión de no acostumbrarse al bamboleo que nos doma,
que nos deja conformes...
en cierta forma prefiero el caos a esa dulce armonía que me mantiene aturdido.